Por Fabrizio Bianchi*
Colaboración enviada desde Roma en ocasión del centenario del natalicio del polifacético Pier Paolo Pasolini, que se rememoró el sábado 5 de marzo del 2022
“Teorema” es una película dirigida por el extraordinario artista Pier Paolo Pasolini en el año 1968. Ese año representó para la historia de la democracia italiana, la creación de múltiples organizaciones y socialmente heterogéneas con los intentos de manifestar sus propias adversidades contra el sistema, su poder y su ideología. Este movimiento del ’68 fue importante porque decretó el fin de una mentalidad conservadora, en ese momento, se destacó una nueva forma de conciencia relativa a la apropiación de algunas características que permitieron a la sociedad abrir nuevas fronteras sociales. Pronto Pasolini y su colaborador Donati, fueron condenados por ” obscenidad” y la película fue secuestrada porque atentaba “contra los valores morales, familiares y sociales”, en el evento del Festival de Venecia. La película empieza cuando todo ya está terminado y en la escena se presenta un periodista que organiza varias constataciones en forma de pregunta. “La burguesía identifica toda la humanidad en pequeños burgueses y no tiene más frente de sí, una lucha de clases sociales que tiene que dominar, no tiene más colaboraciones con el ejército tampoco con la iglesia confesional”. La película narra la llegada a una casa en las afueras de Milán de un joven enigmático, en la cual vive una familia burguesa conformada por el padre, la madre, un joven hijo y su hermana adolescente. El padre era el propietario de una fábrica, su mujer vivía siempre aburrida. Este misterioso ser humano empieza a tener relaciones sexuales con todos los miembros de la familia, lo cual se evidencia en el filme, a través de escenas eróticas, y después se va, dejando a todos con el trauma de una crisis existencial que en cada uno se manifestaría de modo diferente. “Tu llegaste aquí para destruir…para una destrucción total. La idea que yo tenía de mí, no puedo ver nada que pueda reintegrarme a mi identidad”, le reprocha el padre al visitante. Por esas escenas la película fue secuestrada y empezó un suplicio jurídico para Pasolini, que sólo terminó al ser declarado inocente, pero, desde aquel día, la censura le seguiría persiguiendo hasta sus últimas producciones (Saló, Las 120 jornadas de Sodoma). Pasolini dijo una vez: “El coraje intelectual de la verdad y la práctica política son dos cosas irreconciliables en Italia”. Todos sabemos cómo va a terminar la historia, pero quieren contarla con muchos eventos que dejan un abismo en las Cortes y en las páginas del proceso que todavía quieren ser escondidas.
*Licenciado en la Facultad de Letras y Filosofía de la Universidad de Roma “La Sapienza”, [Curso “Lingua, Letteratura,Cultura e Traduzione”]. En la actualidad cursa la Maestría en “Scienze Linguistiche e Letterarie della traduzione”.