ENNIO MORRICONE IN MEMORIAM

Por: Manuel E. Martínez R.
Coordinador “Cine Club”

Ennio

Imposible dejar desapercibida la ineluctable partida del célebre compositor y músico italiano, quien nació en Roma en 1928 (10 de noviembre) y murió el 6 de julio de 2020, en Università Campus Bio-Medico, Selcetta, Italia a la edad de 91 años.

Según los biógrafos Ruiza, M., Fernández, T. y Tamar, i Ennio Morricone tuvo como padre a un trompetista y su madre fue una ama de casa, era el mayor de cinco hermanos. “Su familia, de clase media y afincada en el barrio del Trastevere, vivió durante mucho tiempo sin penurias, pero también sin lujos, únicamente con el sueldo del padre, hasta que la madre probó fortuna trabajando en una tienda de ropa”. Como un dato curioso, en la escuela conoció y fue compañero de Sergio Leone, quien con el tiempo se convertiría en un afamado realizador, sobre todo del subgénero “spaguetti western” y sería también el destinatario del futuro compositor de bandas sonoras.

El virtuosismo y vocación del niño Morricone por la música lo desarrolló desde temprana edad cuando a los diez años y después de probarse en la pequeña orquesta de Constantino Ferri, “Morricone se matriculó en el Conservatorio de Santa Cecilia para estudiar trompeta bajo la égida de Umberto Semproni, y tres años más tarde fue escogido entre otros estudiantes jóvenes para formar parte de la orquesta de la institución, con la cual realizó una gira por el Véneto bajo la dirección de Carlo Zecchi”.

Ya en sus 15 años, en 1943, el profesor Roberto Caggiano al ser testigo de las impresionantes dotes del joven Morricone para la armonía lo animó a inclinarse por los estudios de esta disciplina y al completar el curso en tan sólo seis meses, le recomendó que orientara su formación hacia la composición, objetivo que inició al año siguiente bajo la guía de Carlo G. Gerofano y Antonio Ferdinandi.

De manera paralela a sus estudios, el destacado Ennio se fue abriendo camino en otras orquestas de la ciudad como la del Director Alberto Flamini quien lo escogió como segundo trompeta “en la que doblaba las líneas del primer trompeta, que no era otro que Mario Morricone, su propio padre”.

Contando y consolidando su formación se fue vinculando a otro tipo de escenarios sobre todo profesionales y fue así como cimentó su talento tocando en varios hoteles de la capital italiana cuyos huéspedes no eran otros que las tropas norteamericanas establecidas en suelo italiano al finalizar la Segunda Guerra Mundial.

Es así como inició su carrera como compositor después de obtener su título como trompetista, dedicándose en particular a la música vocal y de cámara. “Su producción “culta” abarca piezas corales, lied, música incidental y de cámara. Durante la década de 1950 completó su formación compositiva de la mano del gran Goffredo Petrassi”.

Pero, será cinco años después, en 1955 a los veintisiete años, cuando inicie su brillante carrera como compositor de música para películas, actividad que interrumpiría porque le tocó prestar el servicio militar.

En 1956 contrae nupcias con Maria Travia y al año siguiente tienen su primer hijo, Marco.

Merece destacar en su formación académica su matrícula en un seminario impartido por John Cage en Darm-stadt; de esta época datan sus ingresos alternos como compositor musical para series de televisión.

En 1961 cuando contaba ya con treinta y tres años compuso su primera banda sonora para el cine al tiempo que nació su hija Alessandra; fue para el filme Il Federale, de Luciano Salce; tres años después (1964) iniciaría sus primeros trabajos a nivel de composición musical, por supuesto, para otros autores que con el tiempo se convertirían en famosos directores del séptimo arte, como serían Bernardo Bertolucci y Sergio Leone, estableciendo con este último una relación entre lo laboral y artístico que a la postre lo haría famoso, sobre todo si se tiene en cuenta que fue el autor de la partitura musical de Por un puñado de dólares (dirigida y rodada en la región desértica de la Almería –en España-) de Leone (1964), una coproducción entre España, Italia y Alemania con la cual se puede afirmar, se inauguraría el subgénero del “spaghetti western” y sería el primer trabajo actoral y protagónico del estadounidense Clint Eastwood en este tipo de filmes.

El éxito que le deparó ese trabajo para Leone le significaría la mejor carta de presentación a Morricone para que a su vez fuera llamado por otros afamados realizadores como Pier Paolo Pasolini y Gillo Pontecorvo ; entre muchos otros, no sólo italianos.

Los estudiosos de su fecunda obra musical llegaron a afirmar que, “La creciente actividad cinematográfica le haría abandonar a finales de la década [de los 60] la faceta “culta” de su producción, sobre todo a raíz del estruendoso éxito de la música para El bueno, el feo y el malo (1966), también de Sergio Leone”.

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Y caracterizan su modus operandi de esta manera: “La fórmula de Morricone era tan sencilla como efectiva: orquestaciones poco densas, pero con un sonido seco y transparente que años más tarde inspiraría a muchas bandas de rock, temas que se clavaban inmediatamente en la memoria del oyente, y un enorme respeto por la trama y los personajes del filme. Músico de gran intuición, Morricone dejaba “hablar a la historia” y huía de divismos de autor”.

Tampoco se puede olvidar la visión que tenía el mismo Morricone de su trabajo: “(…) la música de una score no pertenece al compositor, sino al filme: Lo que prima es la necesidad de la historia que cuenta la película”.

Otra actividad importante en su vida fue la de pedagogo, como lo manifiestan los biógrafos: “A partir de 1970 inició una nueva actividad, la pedagógica. Maestro de composición en el Conservatorio de Frosinone, tuvo como alumnos a Luigi de Castris y Antonio Poce, entre otros. Esta etapa favoreció un cierto retorno a su faceta de autor, en forma de una colaboración con el Studio R7 de Música Electrónica”.

En 1975 fue contactado por otro famoso director, se trataba del gran Edward Dmytryk, estadounidense de padres rumanos que emigraron a norte américa, quien le encarga la música de “El factor humano” (producción británica).

La Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood siempre le fue esquiva en reconocerle a Morricone su virtuosismo, a pesar que fue nominado en cinco oportunidades y la primera fue a raíz de su composición para el filme “Días del cielo” en 1978 del realizador y filósofo estadounidense Terrence Malick.

En 1984, crearía la que muchos consideran su mejor partitura: la banda sonora de “Érase una vez en América” (1984), el último y mejor filme de su amigo Sergio Leone, a juicio de los críticos.

Así mismo en esta nueva etapa de su vida, Morricone tendría la oportunidad de relacionarse una vez más a través del oficio que mejor sabía desempeñar, con una pléyade de directores italianos de renombre internacional y que se destacaron por el carácter político de sus producciones, en este sentido, amerita mencionar las partituras que escribió para los filmes de Elio Petri, un realizador muy comprometido y bastante crítico del contexto social de la época y reconocido en el mundo por su “trilogía del poder”, que incluía la galardonada con un Oscar a mejor película extranjera “Investigación de un ciudadano por encima de toda sospecha” (1970), cuya magistral banda sonora fue compuesta por Morricone, al igual que la del siguiente filme de Petri, “La clase obrera va al paraíso” (1971); y “El amargo deseo de la propiedad” (1973); también escribió la música de las películas de Guiliano Montaldo, “Sacco y Vanzetti” (1971), “Giordano Bruno” (1973), “Il giocattolo” (1979), así como la partitura de su famosa miniserie de TV “Marco Polo” (1982), “El demonio de San Petersburgo” (2008).

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También fue colaborador asiduo de su compatriota Guiseppe Tornatore, a quien le compuso las bandas sonoras de películas tan memorables como “Cinema Paraiso” (1988), “La domenica, especialmente”(1991),   “Una pura formalidad” (1994), “El hombre de las estrellas” (1995), “Lo Schermo a tre punte”(1995), “La leyenda del pianista en el océano” (1998), “Están todos bien” (1990), “La desconocida” (2008), “Baaria” (2009), “La mejor oferta” (2013); “La correspondencia” (2016).

De igual manera compuso la música de producciones de diversa nacionalidad y géneros, entre las cuales cabe mencionar, “La misión” (1986), por cuya banda sonora estuvo también nominado al Oscar, “Creadores de sombras” (1989) “Vatel” (2000), del británico Roland Joffé.

En 1987 participaría con su magnífica partitura en la multi-premiada “Los intocables” de Brian de Palma, por la cual estaría nominado (al Oscar) por tercera vez.

Pero, de manera irónica, sería nominado en dos oportunidades más, en 1991, por Bugsy, de Barry Levinson y en 2001, por “Malena”, de Giuseppe Tornatore.

Su trabajo para la producción de Quentin Tarantino “Los odiosos ocho” (2015) le reportaría su segundo Oscar, ya que el primero se lo concedería la Academia en 2007, como un reconocimiento honorífico a toda su trayectoria.

Pero entre los muchos homenajes y reconocimientos que recibió en vida tanto en su país como en el extranjero, cobran relevancia el entregado por iniciativa del primer ministro Oscar Luigi Scalfaro, del título de Commendatore dell’Ordine Al Merito della Reppublica Italiana en 1995; y el premio Princesa de Asturias de las Artes 2020.

Para finalizar hay que señalar que uno de sus amigos y directores más entrañables, acaba de lanzar el documental “Ennio” una producción de este 2020 que vió partir a Morricone, “considerado el compositor vivo de bandas sonoras más importante del mundo. Un genio con más de 500 bandas sonoras de películas y series”.

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[1] Ruiza, M., Fernández, T. y Tamaro, E. (2004). Biografia de Ennio Morricone. En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea. Barcelona (España). Recuperado de https://www.biografiasyvidas.com/biografia/m/morricone.htm el 30 de agosto de 2020.